En esta sección, expertos BIM comparten su conocimiento sobre diferentes temas de interés.
En el dinámico mundo de la construcción y el diseño, la necesidad de una comunicación eficiente y precisa entre los diversos actores involucrados en un proyecto ha sido siempre un desafío constante. Industry Foundation Classes (IFC) surgió como una respuesta a esta necesidad, proporcionando un estándar abierto para el intercambio de datos en el sector de la construcción. Sin embargo, a medida que la industria avanza hacia una mayor digitalización y complejidad, IFC también debe evolucionar para mantenerse relevante y efectivo.
Este artículo explora el fascinante viaje de IFC hacia su quinta iteración, IFC5, un desarrollo que promete revolucionar la forma en que concebimos y utilizamos los esquemas de datos en la industria de la construcción. Desde sus humildes comienzos hasta las discusiones actuales sobre su futuro, examinaremos cómo IFC5 está siendo moldeado por las necesidades cambiantes de la industria y los avances tecnológicos.
La Mesa de diseño de buildingSMART se reunió por primera vez el pasado 16 de Octubre, en esta ocasión en Madrid, para analizar los requisitos BIM, por parte de los promotores, para la fase de diseño.
Este tema fue elegido por los miembros de esta comisión como el primero a tratar, suponiendo, actualmente, el principal desafío para la implementación de BIM en la fase de diseño.
Es cierto que cada vez son más los promotores, tanto públicos como privados, los que apuestan por la aplicación de la metodología BIM en sus proyectos.
La Mesa de Constructoras de buildingSMART se reunió de nuevo el pasado 28 de Octubre, en esta ocasión en las instalaciones de FCC Construcción en Las Tablas, Madrid.
En los últimos años se ha hecho patente el impacto de la implantación de BIM en gran parte de las empresas del sector. Para dar respuesta a las nuevas necesidades, se han creado nuevas posiciones y ha habido esfuerzos en la capacitación de las personas que ya formaban parte de las distintas compañías.
La puesta en marcha del Plan BIM, el envejecimiento del sector, las nuevas demandas laborales y la internacionalización, entre otros factores, son temas que están encima de la mesa por el impacto directo en cómo las empresas constructoras deben abordar su proceso de digitalización.
Autor: Marco Pizarro
La aplicación de la metodología BIM en fase de diseño, siendo mejorable, parece bastante madura. La fase de mantenimiento dispone de un ecosistema propio (normas, herramientas y recursos) capaz de dar respuesta a las necesidades del sector.
Pero, ¿Qué pasa con la fase de obra? ¿Debe alimentarse de los modelos BIM producidos en fase de diseño? ¿Cuáles son los requerimientos y conveniencias particulares de esta fase? ¿Dispone de un ecosistema BIM suficiente como para satisfacer las necesidades del sector? ¿Cómo se relaciona (y cómo debería hacerlo) con la fase que le precede y la que le sucede?
La vida útil de un edificio pasa por diferentes fases a lo largo del todo el ciclo de vida: inicialmente, se trata de un diseño que hay que materializar como obra nueva o bien rehabilitar; posteriormente pasa por una fase de construcción o reforma, y finalmente, para su puesta en marcha, se contempla la fase de mantenimiento y operación, que será la de mayor impacto y relevancia en la totalidad del ciclo de vida.
Cada una de estas fases cuenta con numerosas peculiaridades, necesitará el trabajo de diferentes profesionales y abarcará numerosas disciplinas… Pero hay una necesidad en común que ayudará en todas las fases al buen funcionamiento de la gestión completa del edificio: conocer la información geométrica con precisión.
La información geométrica del edificio es necesaria para multitud de decisiones estratégicas y operativas, pero de nada nos sirve conocer la geometría si no es precisa, actualizada y accesible. La nube de puntos densa es el producto que nos ofrece la solución más óptima.
La Mesa de Constructoras de buildingSMART se reunió de nuevo el pasado 12 de junio, en esta ocasión en las instalaciones de Dragados en Las Tablas, Madrid.
Se trataba de la octava ocasión en que los socios que conforman este grupo compartían experiencias en un ambiente distendido y de manera proactiva. En esta ocasión la sesión se centró en el Cambio Cultural y Difusión en Grandes Organizaciones.
En el taller participaron las siguientes empresas constructoras socias de buildingSMART Spain: ACCIONA, AQUALIA, ASCH, COMSA, COPASA, COPCISA, DRAGADOS, ELECNOR, FCC, OHLA, PAVASAL, ROVER, VIAS y VILOR.
El objetivo de este taller era exponer las distintas acciones que las empresas han emprendido para promover el cambio en sus organizaciones. Se buscaba valor tanto en lo aprendido de las acciones que habían fructificado de manera positiva como en las barreras que se habían encontrado en el camino.
El taller se organizó en varias secciones: una ponencia introductoria, la exposición de los resultados de una encuesta previa a los socios y el debate sobre los mismos, las presentaciones de dos experiencias positivas de empresas y, por último, una dinámica de grupo en torno a las experiencias de las distintas empresas participantes.
Alfa y Omega. Primera y última letra del alfabeto griego, el comienzo y el fin, el primero y el último. Así me siento muchas veces. Tras tener un proyecto ya definido (muchas veces ni eso), todo comienza con un presupuesto y una vez construido, habrá un mantenimiento/gestión.
Recientemente se publicó una píldora que giraba en torno a los problemas de usabilidad de los modelos de diseño durante la fase de construcción. En esta píldora trataremos de abordar, muy por encima (porque estos temas dan para mucho), la gestión y uso de la información antes y después de la construcción.
El pasado 21 de febrero tuvo lugar, un nuevo taller de la mesa de constructoras de BuildingSMART con el objetivo de abordar los problemas de usabilidad de los modelos de diseño durante la fase de construcción.
En el taller participaron las siguientes empresas constructoras socias de buildingSMART Spain: ACCIONA, AQUALIA, ASCH, COMSA, COPASA, COPCISA, DRAGADOS, FCC, FERROVIAL, OHLA, PAVASAL y VIAS, junto a las empresas de ingeniería SENER, TYPSA, ACCIONA ingeniería, AYESA o INECO y empresas de consultoría y servicios BIM APOGEA, BERRILAN, WISEBUILD y MODELICAL.
El objetivo, una evaluación crítica y constructiva de los elementos principales que limitan el uso de los modelos de diseño durante la fase de obra. Además de su identificación, el taller trató de buscar posibles soluciones que permitan eliminar la aparición recurrente de estas limitaciones.
Desde hace ya varios años, parece que hay un amplio consenso entre los diseñadores de modelos de infraestructura sobre la necesidad de crear los modelos de estos proyectos alineados con el contexto que los rodea desde las fases iniciales del proyecto.
Al igual que sabíamos que no se puede diseñar un puente sin información del rio sobre el que se ubica, y no podíamos diseñar un túnel sin la información de la montaña que atravesamos, después de años de errores en edificios causados por una falta de análisis del contexto - podemos citar aquí varios casos famosos, como el del famoso Walkie-Talkie de Londres que quemaba coches por un mal calculo en la orientación y en el reflejo de la luz solar - por fin se ha extendido la idea de que también en la industria de la edificación es necesario incluir información del entorno geoespacial desde las fases iniciales del proyecto.
Para que la implantación de BIM en la fase de obra tenga éxito, es necesaria la colaboración entre todas las partes.
Durante un taller, organizado por la Mesa de Constructoras de buildingSMART Spain, las empresas constructoras han analizado algunos aspectos claves en la colaboración con el resto de la cadena de suministro (ingenierías, subcontratistas y proveedores), detectando diferentes barreras y proponiendo algunas soluciones.
El taller tuvo lugar en el Colegio de Arquitectura Técnica de Barcelona, que cedió de forma desinteresada de sus instalaciones y dio la bienvenida a los asistentes por medio de su presidente D. Celestí Ventura.
Además, el taller contó con la presencia de D. Ferran Camps, Subdirector General de Descarbonización y Carreteras Inteligentes de la Generalitat de Catalunya, que explicó la Nueva Estrategia BIM de la Generalitat de Catalunya, centrada hora en un proceso más colaborativo que abre el debate y la participación a distintos grupos de interés, entre los que está buildingSMART Spain.
Ahora es cuando el sector se ha empezado a dar cuenta de que BIM, como vector de digitalización, requiere de información estructurada para mejora el poder y la capacidad de decisión en la realización de los proyectos.
Gracias a la percepción de la importancia de los datos, y a entender el BIM como metodología de trabajo, es cuando realmente los estándares OpenBIM están empezando a brillar. Los promotores públicos y privados ya requieren habitualmente la entrega BIM por medio del IFC, los comentarios e incidencias por medio de BCF, etc.
Es ahora, cuando la “i” del BIM se empieza a mostrar.
Las distintas empresas que forman la Mesa de las Constructoras de BuildingSMART Spanish Chapter continúan compartiendo estrategias y experiencias de manera periódica. En esta ocasión, la quinta reunión de este foro se planteó para debatir sobre el Alcance y Uso del CDE.
La sesión empezó recordando qué entiende la ISO 19650 por Entorno Común de Datos (CDE): “fuente de información acordada para cualquier proyecto o activo, para recopilar, gestionar y difundir cada contenedor de información a través de un proceso gestionado. Un flujo de trabajo de CDE describe los procesos que se utilizarán y una solución de CDE puede proporcionar la tecnología para soportar esos procesos”. La tecnología nos sirve de ayuda para la compartición de información mediante unos determinados procesos. Se busca que las distintas personas que trabajan en un proyecto o activo colaboren en un ecosistema que garantice el acceso a la información pertinente.
Clientes relevantes del ámbito nacional ya han puesto en marcha estrategias de implantación BIM que incorporan determinadas soluciones de CDE como parte troncal de su digitalización. Algunos de estos clientes, plantean el CDE como un repositorio en el que recopilar los entregables, mientras que otros ofrecen el CDE para que los distintos agentes puedan trabajar en el mismo. Esto puede ser un facilitador para algunas empresas, pero, sin embargo, las empresas de la mesa de constructoras prefieren trabajar en su propio CDE.
La aplicación de la metodología BIM tiene mayor sentido si cubre todo el ciclo de vida del activo. Sin embargo, y aunque en los últimos 4 años (2019-2022) la licitación pública con requisitos BIM ha ascendido a 5.300 M €, solo un 2% del total abarca la fase de Operación, según datos del Observatorio de Licitaciones BIM del MITMA (Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana).
Podemos decir por tanto que, actualmente, BIM no se está utilizando en fase de Operación y Mantenimiento como sí lo está siendo en las fases de Diseño y Construcción.
Tomando esto como punto de partida, en la última reunión, celebrada en la sede de Aqualia, la Mesa de Constructoras BIM de buildingSMART Spain, junto a varias organizaciones que gestionan y operar activos de diferente naturaleza, han analizado el uso de BIM para la fase de Operación y Mantenimiento, y han definido una serie de recomendaciones relacionadas con una serie de temas de interés:
En los últimos 4 años (2019-2022), la licitación con requisitos BIM en fase de obra ha alcanzado 3.300 M €, más de un 80% del total (datos del Observatorio de Licitaciones de buildingSMART Spain). Teniendo esto en cuenta, en la última reunión, celebrada en la sede de Ferrovial Construcción, la Mesa de Constructoras BIM de buildingSMART Spain, junto a varios clientes públicos, han analizado las licitaciones de obra con requisitos BIM, consensuando una serie de recomendaciones que mejoren tanto el proceso de evaluación de ofertas como el del uso de BIM durante la fase de obra.
Implementar BIM en una organización, o utilizar BIM en un proyecto, está directamente relacionado con las competencias y responsabilidades de las personas que desempeñan funciones vinculadas a la gestión de la información. Al conjunto de competencias y responsabilidades para una función definida, le llamamos rol.
Teniendo esto en cuenta, el uso de BIM implica la aparición de nuevas competencias y responsabilidades y por tanto de nuevos roles, llamados habitualmente roles BIM.
Estos roles BIM pueden ser desempeñados por personal existente en la organización, o por personas que se contraten para tal fin. En cualquiera de los dos casos, es importante que dichas personas estén capacitadas para desempeñar el rol BIM esperado.
Dentro de los roles BIM, uno de los más conocidos y, probablemente, también uno de los más importantes, es el de Responsable BIM de la organización, comúnmente denominado BIM mánager.
Este rol ha ido creciendo mucho en los últimos años, sin duda. Sin embargo, cada vez más, recibo peticiones de empresas que no están buscando un BIM mánager, sino un Creador de contenido, también denominado Especialista BIM senior. O, por ponerlo en contexto, una persona experta en una tarea específica y en una herramienta informática concreta. Por ejemplo, un especialista en modelado arquitectónico con Revit, o un especialista en mediciones y presupuestos con Arquímedes.
Te propongo ver con algo más de profundidad cuáles son las funciones de cada uno y, también, las habilidades que deben tener. No son perfiles opuestos ni enfrentados. Pero sí muy diferentes, y conviene conocerlos bien.
Para que la gestión de un proyecto sea fructífera es imprescindible que ésta se desarrolle bajo los estándares de funcionalidad y calidad con los que fue concebida, que su presupuesto no difiera en exceso del importe previsto y que se termine en el plazo acordado.
Para ello, los proyectos disponen de diversos documentos en los que se reflejan cada uno de los aspectos mencionados.
La Mesa de Constructoras BIM es un espacio de diálogo en el que sus miembros comparten experiencias y conocimiento sobre diversos temas.
Durante la segunda reunión, celebrada en la sede de FCC Construcción, las constructoras han analizado las barreras existentes para llevar BIM a la obra, consensuando una serie de recomendaciones que permitan eliminarlas.
Entre las barreras, destaca la falta de madurez BIM dentro del personal de la obra. Resulta clave abordar la transformación cultural de este colectivo y establecer programas formativos adecuados para aprovechar al máximo el potencial de la metodología BIM.
Por otro lado, existen otras barreras que están relacionadas con el resto de agentes de la cadena de valor, como por ejemplo la falta de requisitos BIM por parte del cliente o el coste de las licencias de software.
Desde la mesa de constructoras BIM se ha elaborado el siguiente ranking de barreras de implantación de BIM en obra:
La carretera es la infraestructura de transporte que más movilidad proporciona a la sociedad (el 91% de los viajes de las personas y el 84% de los de las mercancías utilizan este modo de transporte). Para ofrecer un correcto servicio a los ciudadanos mediante este tipo de transporte se hace indispensable el desarrollo de las operaciones de conservación, mantenimiento y explotación de carreteras.
Si analizamos el transporte por carretera desde la perspectiva de la seguridad nos encontramos con dos aspectos ciertamente complejos, por un lado, la seguridad vial, es decir todo aquello que se relaciona con los accidentes de tráfico, y, por otro lado, la prevención de riesgos de los propios operarios de conservación de la infraestructura. En algunos casos ambos pueden tener una relación directa (accidentes de tráfico que afecten a los operarios de conservación en el desempeño de su labor) y, en general, pueden verse relacionados, bien directa o bien indirectamente, con la calidad del servicio de conservación que se ofrece a los usuarios.
Por lo tanto, en el desarrollo del servicio de conservación y explotación de los distintos tramos de las redes de carreteras es necesario registrar, manejar y gestionar información relacionada con estos aspectos. La organización y análisis de toda esta información de forma práctica, rápida y flexible utilizando nuevas tecnologías asociadas a la Industria 4.0 podría suponer, desde nuestro punto de vista, un fenómeno disruptivo en la forma de abordar su problemática.
La definición del Common Data Environment (CDE) o entorno común de datos, es uno de los conceptos más difusos y borrosos que aparecen en la serie EN ISO 19650. Personalmente, creo que su indefinición y generalidad, ha sido buscada conscientemente para que pueda ser aplicable por cualquier agente, situación y sobretodo, para que pueda seguir vigente en un futuro impredecible de nuevos casos de uso y tecnologías colaborativas emergentes.
El presente artículo, no se centrará en definir los componentes básicos que definen un CDE, como son los estados de información o los metadatos necesarios para su clasificación, revisión y consumo. Si esto os interesa, tenéis un excelente artículo de Manuel Bauzas en este enlace y el documento Introducción a la serie EN ISO 19650 de BuildingSMART donde todo esto se detalla. Por el contrario, la motivación para escribir estas líneas es poner el foco en la sobre-simplificación del concepto CDE que podemos encontrar en el sector.
Esta suele darse, tanto en presentaciones comerciales, en noticias del tipo "La empresa X, elije el software Y como su CDE" e incluso, y esto me parece más serio, en cómo se aborda el concepto CDE como un repositorio único en algunas guías publicadas por administraciones públicas.
Para aquellos que no reparéis a qué simplificaciones me refiero, os dejo los siguientes ejemplos:
Pienso que, mientras todos seamos conscientes que este reduccionismo es puramente parte de la economía del lenguaje, creo que será algo aceptable. Pero sinceramente, empiezo a tener dudas de si el concepto simplificado no está devorando al concepto original. Y es que, a veces, una verdad a medias es la peor de las mentiras.
Para pensar sobre ello, solo vamos a necesitar recordar brevemente la definición de CDE:
"fuente de información acordada para cualquier proyecto o activo donde recopilar, gestionar y difundir cada contenedor de información por medio de un proceso gestionado".
En resumen, y permitidme simplificar ahora a mí.
El CDE, es el proceso|ecosistema, que utilizamos para compartir la información de un proyecto entre los agentes implicados.
Creo que, con estos antecedentes, ya podemos entrar en materia y justificar por qué el CDE se asemeja más a una matrioska que a un repositorio único. Para ello nos apoyaremos en las 3 simplificaciones anteriores:
En un breve plazo de tiempo han aparecido en nuestro país varias aplicaciones específicamente orientadas a la extracción de mediciones y la elaboración de presupuestos desde modelos BIM en formato IFC. No parece un hecho casual sino causal. Aceptada esta hipótesis, la causa puede encontrarse en la generalización del uso de archivos IFC como contenedores de información útil.
El IFC, entendido como propuesta de estándar, se consolida como tal. No solo eso, cataliza y articula los diversos caminos y paradas de la metodología BIM. Open BIM Quantities, MAMBA o Presto-IFC (citadas en orden cronológico de aparición) son, al margen de otras iniciativas nacionales de ámbito menor, las aplicaciones recién incorporadas a escena que basan su potencial en el propio de los archivos IFC.
No son, ciertamente, las únicas ni las pioneras. Aplicaciones como TCQ2000 ya miraron hacia el formato IFC hace un lustro. Si la versión 5.0 del programa apostaba por procesos de exportación nativos basados en hojas de cálculo como ficheros de intercambio, la versión 5.1, de diciembre de 2016 abría la vía al uso de IFC como archivo de intercambio entre las aplicaciones nativas de modelado y la del presupuesto, incorporando incluso, para dar visibilidad al proceso, un visor de archivos de este formato. Sin embargo, poco se hablaba de los archivos IFC como generadores y referencia de las mediciones y presupuestos. Hasta ahora.
La Mesa de Constructoras BIM es un espacio de diálogo en el que sus miembros comparten experiencias y conocimiento sobre diferentes temas, como por ejemplo estrategias de implantación BIM en obra, la calidad del modelo generado en fase de diseño o la implantación de la norma ISO 19650.
Además, como resultado de las sesiones organizadas por la Mesa de Constructoras BIM, se pretende generar una serie de recomendaciones que sirvan como punto de partida para mejorar ciertos procesos.
Forman parte de la Mesa de Constructoras BIM las siguientes empresas: Acciona, ACR, Aqualia, Comsa, Copasa, Copisa, Dragados, FCC, Ferrovial, OHLA, Pavasal, Rigel y Vías y Construcciones.
Durante la primera reunión, celebrada en la sede de Acciona, las diferentes constructoras han compartido su visión sobre la norma ISO 19650, su implementación, y el proceso de certificación de dicha norma.
Es significativo que, una gran parte de los miembros de la Mesa de Constructoras BIM ya han implantado la ISO 19650 o esperan hacerlo en un plazo inferior a un año.
Entre los temas que se han tratado, está la aplicación de la norma en obras de menor tamaño, los requisitos de los clientes en relación a la norma y el proceso de certificación de la misma.
Nos encontramos en un momento apasionante donde vemos en tiempo real como se está definiendo y gestando el auge de una nueva tecnología. Aunque en realidad, no tan nueva, pero es como suele pasar frecuentemente, un concepto que ya existía con casos de éxito al alcance de muy pocos, como el de la propia NASA, que se va haciendo menos exclusivo en su evolución.
Pero, ¿qué es y qué no es un gemelo digital? O más importante aún ¿Para qué sirve y quienes lo van a utilizar? Intentaremos dar nuestra visión sobre el asunto y de cómo en BIM6D estamos llegando a tener un enfoque interesante a nuestro parecer, y es que el gemelo digital está destinado a renovar por completo nuestro sector con prosperidad, gracias a la adopción de la digitalización como agente del cambio y conectando nuestro sector con otros de forma transversal y como ejemplo no queríamos desaprovechar la oportunidad de preparar una pequeña demo que ilustre lo que estamos hablando.
La implantación de la metodología BIM supone un cambio de paradigma en la realización de proyectos, con esa premisa iniciamos hace unos años un estudio del empleo BIM en la empresa española con el que pretendíamos mostrar un reflejo real del estado de la metodología en nuestro país. Desde entonces hemos seguido muy de cerca las distintas fases de la implantación BIM y sus consecuencias en la situación laboral.
La entrada en vigor en 2018 de la Ley de Contratos del Sector Público 9/2017, sentó las bases para permitir a los organismos públicos requerir el uso de la metodología BIM en licitaciones públicas mediante su inclusión en el propio pliego. Sin embargo, han pasado casi 3 años desde entonces y seguimos sin ver un cambio radical en nuestra realidad laboral.
Pasado este tiempo, y ahora inmersos en un proceso de recuperación económica sin precedentes por la coyuntura que ha quedado tras la pandemia, nos hemos propuesto retomar este estudio para ver qué ha cambiado desde 2018, valorar en qué fase de implantación BIM se encuentran las empresas y responder a una serie de preguntas sobre esta nueva realidad que nos prometía el BIM.
Para esta segunda entrega de nuestro estudio, volvemos a entrevistar a más de 100 empresas españolas del sector, con cuyos testimonios pretendemos mostrar una representación realista de la situación del empleo BIM en 2021. Hemos elaborado este informe tomando como única referencia las respuestas de las empresas encuestadas, por ello no pretendemos dictar sentencia en nuestras conclusiones, sino ayudar a estudiantes y otros profesionales del sector a conocer un poco más en detalle en qué punto se encuentra la realidad empresarial.
Continuamente oímos hablar de BIM a grandes especialistas: ‘’que si el IFC, que si la ISO 19650, si los LOD o LOIN, que si este CDE, que como se organizan las carpetas...’’ como diría mi amigo David Barco.
La mayor parte del tiempo hablamos de la aplicación de BIM en fase de proyecto y cómo mejorar esa parte. Comparto que el momento de adopción de BIM en el que nos encontramos a nivel mundial en general y en España en particular, es el primer paso para llevar BIM a las siguientes fases del ciclo de vida del activo.
También escuchamos el mantra de que “BIM tiene más retorno y sentido en fase de operación y mantenimiento, porque el activo se va mantener durante mucho tiempo y eso serán muchos ahorros a largo plazo”.
Bueno, después de escuchar esto en múltiples congresos a gente muy importante en el mundo BIM, a la cual admiro, siempre soportado con gráficos sesudos, complejos, de grandes cifras y estadísticas, voy a discrepar sobre esta cuestión.
Y discrepo, apoyado también en mil gráficas e informes (que no voy a incluir por no aburrir), por lo siguiente: el gran problema del sector AEC es la falta de productividad, causada por una comunicación defectuosa y deficiente entre los distintos agentes que intervienen en el ciclo de vida del activo, que genera un sinfín de problemas que lastran dicha productividad.
Desde mi punto de vista, la verdadera revolución del sector AEC vendrá cuando todos los agentes involucrados utilicen BIM, y cuando digo todos, digo desde el promotor que tiene una idea, hasta el último operario. Y ahí está el gran potencial del BIM y donde tiene más sentido como posibilitador de una comunicación eficaz entre los distintos agentes que intervienen en todo el ciclo de vida de una activo.
Ahora es cuando todos dicen que “eso es muy complicado” o imposible, pero yo no lo creo. Sólo tenemos que cambiar la perspectiva de cómo vemos el BIM los técnicos y enfocarlo como una tecnología/metodología (no quiero entrar en ese debate) que debe ser invisible/transparente para el 90 % de los stakeholders que intervienen en todo el ciclo de vida de un activo, desde el promotor, pasando por todos agentes involucrados, hasta el último operario de la obra.
La aplicación de la metodología BIM para la digitalización del entorno construido conlleva el uso y dependencia de las tecnologías de la información y las comunicaciones en los procesos de producción, gestión y uso de la información, más si cabe cuando dicha información puede estar accesible para diferentes organizaciones en un Entorno Común de Datos (CDE), tal y como promueve la norma UNE-EN ISO 19650.
Es por tanto necesario tener en cuenta los problemas de vulnerabilidad y los riesgos de seguridad, así como la existencia de información sensible en el modelo de información o en la documentación relacionada.
La norma UNE-EN ISO 19650-5 ofrece un marco para comprender diferentes aspectos relacionados con la seguridad de la información cuando se está utilizando BIM, animando a adoptar un enfoque de seguridad por parte del conjunto de organizaciones que colaboran e intercambian información durante cualquiera de las fases del ciclo de vida del activo construido.
La gestión de los activos construidos en BIM se fundamenta en los datos. Por tanto, la fiabilidad de nuestro modelo depende, en parte, de la confianza que tengamos en la información de los constituyentes básicos de nuestro edificio o infraestructura, es decir las prestaciones de los materiales y productos.
Los fabricantes facilitan hace muchos años estos datos a través del marcado CE pero, desgraciadamente, no se está usando por un problema de formato. La Norma UNE 41316 busca aprovechar esta información de forma sencilla y eficiente, como se explica a continuación.
En esta píldora se analiza la aparición de modeladores BIM emergentes que vienen a convivir con aplicaciones más consolidadas. Reparamos sobre todo en dos características que los definen; por un lado, su capacidad natural de generación de archivos IFC, por otro, su gratuidad. Al margen de su posible interoperabilidad con aplicaciones tradicionales (gracias al uso de estándares), se analiza su posible uso por parte de un determinado perfil de usuarios que, sin mostrarse renuentes al cambio, se resisten a la adopción de la metodología BIM con argumentos basados en la repercusión económica (tanto la derivada del coste directo de las licencias como del indirecto de la formación e implantación).
Según el último informe publicado por el Observatorio de es.BIM de licitaciones (07 – Primer Semestre 2019), el formato IFC es cada vez más solicitado por las administraciones públicas.
A pesar de ser un formato con ciertas limitaciones, también cuenta con grandes potenciales como es la estructuración del modelo a partir de clasificaciones internacionales (GubimClass, OmniClass, UniClass…), clasificaciones particulares de empresa (de promotor y cualquier otro agente como Ingenierías, constructoras o gestoras de activos) y clasificaciones específicas de proyecto (por ejemplo, planificación de obra o presupuesto).
La inclusión de las nuevas tecnologías en el sector de la construcción, así como la falta de una gestión eficiente en el control del coste y plazo, están provocando que haya una revisión interesante sobre los modelos de contratación que se aplican en España mayoritariamente hasta la fecha. La necesidad de una definición del producto completa desde la fase de planificación, así como un coste que se ajuste al presupuesto objetivo, sin desviaciones ni sobrecostes, ha puesto en valor el modelo americano de contratación denominado “Integrated Project Delivery” (IPD).
En España el modelo se ha aplicado con éxito contrastable en una óptima relación calidad/precio de la obra ejecutada, así como un ahorro de plazos superior al 50% al compararlo con Proyectos similares desarrollados con métodos de gestión tradicionales en el Nuevo Centro de Formación y Sede de la Fundación Laboral de la Construcción en Valladolid. Las particularidades del modelo de contratación “IPD” puro se han adecuado a la legislación española y al contexto del cliente, introduciendo variables locales y manteniendo en más de un 70% del espíritu de gestión de colaborativa de Proyectos de construcción.
BIM nos da la oportunidad de pre-construir nuestro proyecto y por tanto comprobar que todo encaja y que responde a los requisitos. Aunque con plataformas BIM, modelamos y no dibujamos, todavía hay problemas de coordinación debido a que ahora incluimos más información y definición que en proyectos tradicionales. A los colaboradores se les pide modelos que han de encajar en proyecto, pero desgraciadamente, el trabajo en BIM en distintas disciplinas no es holístico y da lugar a problemas de coordinación y / o colisiones cuando combinamos o federamos estos modelos en el proyecto.
Un modelo BIM funciona realmente como un gran contenedor de información parametrizada, interconectada, modificable y representable gráficamente. Y todo ello reutilizable durante el ciclo de vida completo del activo. En este sentido, la labor de BuildingSmart es encomiable ya que la estandarización de la estructura de información asociada al modelo para conseguir la interoperabilidad real entre los sistemas de los diferentes stakeholders del proyecto es un reto difícil de asumir y aún más de resolver. De ahí el trabajo tan interesante de las diferentes “Rooms” y grupos de trabajo de BuildingSmart.
Sin embargo, es precisamente esta necesidad de interactuar entre stakeholders la que plantea algunos de los retos más importantes de la utilización de BIM en un nivel de colaboración avanzado y maduro. ¿Cómo trazar de manera transparente para todas las partes la evolución de los diferentes documentos y modelos? ¿Cómo deslindar la responsabilidad de cada parte en un modelo de información del proyecto en constante cambio? ¿Cómo determinar si los cambios que se producen cumplen con los requisitos informacionales del proyecto y/o cada compañía –LOD, legislación aplicable, criterios de calidad internos y externos- con la mínima inversión de tiempo y recursos posible?
[Al teléfono, entre dos oficinas con un proyecto BIM en marcha]
Esto es más común de lo que, en mi opinión, debería ser teniendo en cuenta que existen métodos de comunicación entre agentes más fluidos basados en el modelos BIM y ya que generamos los modelos, aprovechémoslos para mejorar nuestra comunicación. Es el caso del BCF, acrónimo de BIM Collaboration Format aunque en mi opinión debería tender hacia Buillding Collaboration Format.
La organización buildingSMART lo recoge como un estándar abierto de colaboración y no es de extrañar ya que responde a las famosas 5W. What, Where, When, Who, Why, bueno y a la H de How, a veces, en caso de que la persona a cargo de la coordinación aporte las indicaciones oportunas para la corrección del problema.
No descubriremos nada nuevo si afirmamos que trabajar en BIM supone en realidad gestionar información, lo que inmediatamente nos lleva a la necesidad de estructuración de datos.
El “modelo” se convierte así en una base de datos que recibe aportaciones de cada uno de los objetos modelados, ya sea en forma de elementos o materiales. La calidad del modelo está íntimamente ligada a la calidad de los objetos que lo forman, y la de estos a la estructura de la información que aportan al conjunto.
Todo ello ayuda a poner en evidencia que no se disponga a día de hoy, de un estándar de configuración de la información internacionalmente aceptado que permita sacar el máximo provecho de la información que contienen los modelos.
Por otra parte, aún que se evangeliza al mundo técnico acerca de las amplias posibilidades del trabajo global que permite la tecnología BIM, lo cierto es que la construcción termina siendo un fenómeno de escala local, que debe seguir la tecnología, usos, normativa, etc. aplicables en el lugar donde se realiza el edificio o infraestructura. Es decir, pensamos en global, pero actuamos en local. Este es quizás uno de los problemas más serios que debe abordar cualquier intento de estandarización a nivel internacional.
A medida que los modelos de información se desarrollan y avanzan generamos más datos y de modo colaborativo. Esto es sin duda una ventaja, pero nos puede hacer perder el control sobre nuestro modelo. Además, hacer BIM no consiste en crear datos, ¿no? Si así fuera lo habríamos llamado BDM.
Muchos datos nos abruman. Los enormes listados que generamos a partir de nuestros modelos son inversamente proporcionales al uso que podemos hacer de ellos.
Pero no hemos llegado hasta aquí a crear datos. Nuestro objetivo es estructurarlos y contextualizarlos para convertirlos en información, y así, quién sabe, que acaben siendo conocimiento.
En algunos foros técnicos se escuchan a veces ciertas afirmaciones relativas a la limitación de las clases IFC en cuanto a su capacidad para poder clasificar el modelo BIM de forma suficientemente profunda. A ello se suman también ciertas limitaciones de algunas plataformas de modelado BIM en la gestión del IFC Schema. Si bien es cierto que determinadas disciplinas, como las instalaciones, exigen en muchas ocasiones una granularidad elevada en cuanto a su clasificación, la realidad de dichas afirmaciones no acaba siendo cierta.
En ese sentido, el objetivo de esta píldora es doble y se resume en:
El motivo que nos lleva a usar BIM es el aprovechamiento de los beneficios que nos aporta dicha metodología (y tecnología) en forma de reducción de errores, precisión y tiempos, en nuestro cometido particular dentro del proceso de edificación.
A veces oímos una idea equivocada, de que en modelo BIM nos va a resolver todos los problemas y errores del proceso, de que BIM vale para todo, y desde nuestro entender creemos que eso es posible, un modelo BIM podría utilizarse para infinidad de objetivos y usos.
Pero normalmente un modelo BIM no vale para todo.
Cuando hacemos un presupuesto de modelado BIM, siempre nos viene a la cabeza especificar los niveles de desarrollo para cada fase de proyecto, el nivel de detalle de la geometría, la información que debe contener, o la documentación que debe anexar; pero antes de este paso debemos establecer que usos del modelo se pretenden, para que se va usar el modelo. Creemos que definir los usos del modelo, es más claro, honesto y rápido, que establecer los niveles de desarrollo para cada una de las categorías de los elementos del modelo. Por poner un símil, si pactamos un trabajo de modelado en función de sus usos, es como pedir un llave en mano del modelo para dichos usos, es decir el modelo debe valer para los objetivos establecidos.
Vamos a desarrollar esta idea con el modelado de un simple codo, en un proceso de proyecto.
El arquitecto para cumplir con sus entregables, tal y como establece la LOE, debe definir suficientemente el codo para que este se pueda construir. Esto en modelado lo cumplimos con un simple codo, con su diámetro, modelado en la altura y posición correcta, sin que este choque con el falso techo, ni el forjado, ni con otras instalaciones, además de definir el material para poder crear su unidad de obra en el presupuesto.
Si queremos alcanzar el éxito en nuestros proyectos BIM tenemos que cumplir, necesariamente, cinco condiciones esenciales:
1. Establecer los requerimientos de información del cliente
2. Evaluar de la cadena de suministro
3. Planificar de gestión del proyecto BIM
4. Crear correctamente los modelos digitales
5. Gestionar de forma estructurada la información y el intercambio de datos
Y esta quinta condición es la que requiere la utilización de un entorno colaborativo en los proyectos.
El intercambio de información es esencial para el éxito de un proyecto y debe realizarse en un entorno fiable, seguro, ágil y correctamente estructurado. El CDE - Common Data Environment, Entorno de Datos Comunes o Entorno Colaborativo como a mi me gusta llamarle, es un elemento clave en los proyectos desarrollados con metodología BIM.
En estos tiempos en los que tanto se habla de BIM, hay tanta inquietud sobre el asunto y abundan tantos y tantos profesionales ‘BIM Managers’, no deja de sorprender que casi nadie hable de CDE y muchos menos entiendan realmente que significa y para que sirve. Esta es, por tanto, una buena ocasión para hablar de el.
En esta primera píldora formativa del 2017 tenemos con nosotros a Jose Cosculluela Millas , Gerente de Construsoft España y Latinoamérica, que tratará un tema de mucho interés para todos los que hemos participado en proyectos BIM.
En propias palabras de Jose: "En esta nuestra primera píldora BIM queremos tratar una situación de interés general ya que se da en cualquier proyecto, independientemente de la naturaleza del proyecto BIM y de las herramientas con las que trabajemos: La detección de cambios".
Pensemos en un proyecto con un flujo de trabajo colaborativo, con toda seguridad estaremos tratando con diferentes modelos provenientes de diferentes disciplinas arquitectura, piping, MEP, etc etc provenientes de diferentes software que nos aportan su fichero IFC. Al llegar a la coordinación del proyecto sea la que fuere la forma de realizarla (de forma más tradicional o en el mejor de los casos mediante las muy recomendables sesiones ICE1), nos encontraremos con cambios a realizar en los diferentes modelos de las diferentes disciplinas, es decir ya no es sólo controlar a interoperabilidad entre los diferentes IFC de las diferentes disciplinas sino además las diferentes revisiones del fichero IFC de una misma disciplina.
La cuestión es ¿cómo comprobar de manera rápida y exacta que los cambios acordados a realizar en el IFC_disciplina_1 rev0 se han realizado y se ponen de manifiesto en el IFC_disciplina_1 rev1 , y así con todos los IFC provenientes de las diferentes disciplinas considerando los elementos cambiados, insertados, no cambiados e incluso los borrados?
Con toda seguridad hay diferentes herramientas que pueden realizarlo, en el caso de TEKLA desde hace 3 años es posible gestionar os cambios y revisiones en los modelos IFC no sólo a nivel de geometría sino también y a nivel de información.