La aplicación de la metodología BIM para la digitalización del entorno construido conlleva el uso y dependencia de las tecnologías de la información y las comunicaciones en los procesos de producción, gestión y uso de la información, más si cabe cuando dicha información puede estar accesible para diferentes organizaciones en un Entorno Común de Datos (CDE), tal y como promueve la norma UNE-EN ISO 19650.