La aplicación de la metodología BIM en fase de diseño, siendo mejorable, parece bastante madura. La fase de mantenimiento dispone de un ecosistema propio (normas, herramientas y recursos) capaz de dar respuesta a las necesidades del sector. Pero, ¿qué pasa con la fase de obra? ¿Debe alimentarse de los modelos BIM producidos en fase de diseño? ¿Cuáles son los requerimientos particulares de esta fase? ¿Dispone de un ecosistema BIM suficiente como para satisfacer las necesidades del sector?
La vida útil de un edificio pasa por diferentes fases a lo largo del todo el ciclo de vida: inicialmente, se trata de un diseño que hay que materializar como obra nueva o bien rehabilitar; posteriormente pasa por una fase de construcción o reforma, y finalmente, para su puesta en marcha, se contempla la fase de mantenimiento y operación, que será la de mayor impacto y relevancia en la totalidad del ciclo de vida.
Alfa y Omega. Primera y última letra del alfabeto griego, el comienzo y el fin, el primero y el último. Así me siento muchas veces. Tras tener un proyecto ya definido (muchas veces ni eso), todo comienza con un presupuesto y una vez construido, habrá un mantenimiento/gestión.
En esta píldora trataremos de abordar, muy por encima (porque estos temas dan para mucho) el antes y el después de la construcción.
Es habitual escuchar a las empresas constructoras que los modelos que reciben, procedentes de la fase de diseño, no están preparados para ser utilizados en fase de obra. Teniendo esto en cuenta, se ha realizado un taller en el que constructoras, ingenierías, y consultoras han analizado las deficiencias de estos modelos y han propuesto una serie de recomendaciones para mejorarlos.